jueves, 9 de julio de 2015

Risotto con tomate, ñoras y albahaca


En esta vuelta "a casa" no tengo más remedio que empezar pidiendo disculpas porque llevo un tiempo que tengo abandonado este blog que, por otra parte, no tengo ninguna intención de cerrar o dejarlo a la deriva de las redes cibernéticas. Me da pena, mucha, porque para mí no deja de ser un lugar de relax que me permite hacer las dos cosas que más me gustan: cocinar y contarlo por escrito. Y encima al fotógrafo también le encanta buscarse sus composiciones y salir en mi ayuda. Pero qué os voy a contar, trabajo, casa, los peques, el cole y sus extras y un sinfín de compromisos que durante mucho tiempo, más del que debería, me he visto obligada a anteponer a este espacio.

Espero que, al menos, la espera valga la pena porque os traigo una receta que me ha gustado concebir y hacer y, por supuesto, que me encanta también contar ahora. Además, es así como muy de veranito porque aunque no es fría, sí es bastante ligera para ser un primer plato. La historia fue que otro blog publicó una parecida en internet y me quedé con el nombre y en una charla de sofá lo comenté al de las fotos y a él sólo por el nombre le pareció apetitosa la idea. Bichee en varios blogs y no había un "consenso" sobre el procedimiento de elaboración así que allí fui yo a crear una nueva propuesta, la mía, que es la que os traigo. Espero que, como a nosotros, os guste.

Necesitaremos:

Empezaremos por dejar una ñora en agua templada para que se vaya hidratando. Una vez que esté hidratada, unos cinco minutos, la abriremos y rasparemos el interior para sacar la pulpa.


Podríamos utilizar una salsa de tomate del super, de bote vamos… pero mucho me temo que el sabor no sería ni parecido. No creo que el resultado final estuviera tan rico como el que probamos hace unos días en casa. Para hacer la salsa de tomate yo me he ayudado de la themomix pero podemos hacerlo al fuego perfectamente. Yo preparé una salsa sencilla: trituré durante un par de minutos el tomate hasta dejarlo líquido pero, aun así, lo pasé por el colador para quitar las impurezas y conseguir una textura mucho más fina. Luego puse al fuego (en mi caso al calor de la thermomix) un ajo picadito, un poco de aceite de oliva virgen extra, un poco de sal y una pizca de azúcar para evitar la acidez del tomate. Lo deje hirviendo unos cinco minutos y reservé para incorporarlo en su momento al arroz.


Este fue el resultado, un cuenco de salsa de tomate natural, que ahora en verano no podemos dejar de desaprovechar esos tomates apetitosos y rojos por dentro y por fuera.

Empezamos con el arroz. Picamos la cebolla y la ponemos a sofreír a fuego medio con un poco de mantequilla y un chorreoncito de aceite (evita que se queme la mantequilla).


Debemos evitar que la cebolla se queme o se ponga negra tanto por sabor con por estética. Cuando esté transparente añadimos el arroz y removemos hasta que el arroz quede transparente con el corazón blanco.


Añadimos en este punto un vasito de vino que dejamos reducir hasta la mitad aproximadamente. Es muy importante que el arroz no se quede sin líquido en ningún momento y que lo removamos a menudo para que suelte el almidón y consigamos el resultado esperado: una textura melosa.


Aquí le echamos la salsa de tomate, la pulpa de ñoras y la albahaca picadita que le da un sabor fino y definitivo.


Se trata a partir de ahora de que el arroz vaya hirviendo e hidratándose hasta conseguir que esté en su punto. Para ello, como hemos dicho, iremos removiendo a menudo e incorporaremos poco a poco el caldo de pollo a cacitos para evitar que se quede sin líquido.


Poco antes de apartar, probaremos y rectificaremos de sal y incorporaremos un poco de queso rayado que contribuye a dar sabor y dejar el arroz meloso. Yo usé un puñadito de mozarella pero podrían utilizarse otras variedades.


Expolvorear un risotto con un poco de parmesano recién rallado a la hora de servir, para mí siempre es una muy buena idea ¿qué os parece a vosotros?




Volveremos pronto que, durante todo este tiempo hemos ido haciendo recetas y recetas y fotos y fotos. Ahora sólo falta editarlas e invitarlas al blog.