Pues no hay dos sin tres. Este año como que me he dejado imbuir del espíritu del tío este cursi que nos visita todos los 14 de febrero. Ya estoy harta de corazoncitos y cosas teñidas de rojo, que no me gusta, y que no lo digo más veces, vaya.
En fin, la verdad es que es una fecha que da "mucho juego" gastronómicamente hablando. Se hacen unas cosas monísimas y te esmeras un poquito en la cocina para que todo salga riquísimo. Y lo mejor que lo disfrutas tú y tu "churri", que es la persona que más quieres ¿o no?. Pero vamos, que soy más partidaria de hacer un San Valentín anual y, al menos siempre que se pueda, intentar hacer algo especial juntos, aunque sea dar un paseo por la playa, ir el campo o donde más te guste.
Después de crear el menú para una cenita romántica, con plato fuerte (Solomillo a los tres pimientos) y postre (Tarta de galletas y dos chocolates o bien Verrine de chocolate blanco y fresas), se me ocurrió que San Valentín era todo el día y que si quieres que algo salga bien, hay que hacerlo bien desde el principio. ¿Por qué no por un día nos levantamos unos minutos antes y preparamos un desayuno como Dios manda que haga que nuestra pareja no deje de pensar en tí todo el día?
Pues, a por él/ella... ¿Le gustará estas tartaletas de chocolate blanco y fresas? (Sí, sigo aprovechando la ganache que preparamos para la tarta, pero ya se ha acabado así que os podéis hacer una idea más o menos de lo que sale).
Aunque perfectamente podemos hacer las tartaletas con la masa de empanadillas o de hojaldre que venden, yo preferí hacerlas a mano y para ello quería aprovechar la masa de empanadillas que hacía mi madre. El problema es que cuando le pregunté las cantidades las echaba a ojo, así que investigando por internet, había una muy parecida en Blogosfera thermomix y aproveché sus cifras. Como quedó bien y parecidas a las de mi madre pues reproduzco aquí las mismas.
Necesitamos:
- 90 gr de aceite de oliva
- 100 gr de agua
- 35 gr vino blanco
- 1/2 cucharadita de sal
- 350 gr de harina
Yo lo hice sin thermomix de la siguiente manera. En un bol eché la harina y con las manos hice un hueco en el centro, donde eché la sal, el aceite y el vino blanco. Amasé bien y luego poco a poco le fui incorporando el agua. Hasta obtener la masa final.
En thermomix, el blog mezcla antes los ingredientes líquidos con la sal (30 segundos, velocidad 4) y luego añade la harina y la mezcla en dos partes. Primero pone 10 segundos a velocidad 6 y luego baja lo que haya quedado en las paredes y le da otros 4 segundos.
Luego, extenderemos la masa en una superficie enharinada. El sobrante de esta masa se puede congelar y utilizarla luego para empanadillas tanto dulces como saladas.
Los huevos y el azúcar se utilizan al final, para pintar la tartaleta y espolvorear el azúcar, consiguiendo un tono dorado y un sabor dulce. Las podemos freír pero para que tuviesen menos grasa yo las metí unos 20 minutos en el horno a 180 grados.
Para la forma de corazón, utilicé dos moldes concéntricos con esta forma. Con el más grande corté dos porciones y una de ellas la vacié cortando en el centro con el molde más pequeño. Luego la puse encima de la que no estaba cortada y así conseguí la tartaleta.
Finalmente, el relleno puede ser el que más os guste. Si es salado, no emplead el azúcar al hornear la tartaleta. Yo como he dicho, utilicé la ganache de chocolate blanco de la receta anterior (Tarta de galletas y dos chocolates o bien Verrine de chocolate blanco y fresas) que os resumo: calienta un brick de 200 ml de nata para montar hasta que hierva y viértelo sobre una tableta de chocolate blanco para postres que hemos cortado en onzas previamente. Remueve hasta que el chocolate esté completamente derretido y deja enfriar unas horas en el frigorífico. Monta la mezcla como montarías la nata sola. Y ya lo tienes listo.
Para las tartaletas, al chocolate le añadí fresas que hacen "un maridaje" perfecto, casi casi, como el de la nata.
En fin, que pese a lo que pese, que seáis muy felices mañana y que cuidéis a la pareja todo el año que al fin y al cabo tiene mucho que ver con vuestra felicidad.
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