No quiero con este post dar más candela al tan traído y llevado debate sobre la comida rápida y sus inconvenientes. No se trata de comer siempre pizza o hamburguesa. Aquí somos más de guisitos y comida de toda la vida. Pero también hay que disfrutar los pequeños placeres y hacernos unas hamburguesas un domingo a mediodía es uno de esos momentos que a veces nos permitimos. Nos encanta.
Pero claro, luego yo me pregunto que sí que el pan y los hidratos de carbono, que la carne y su contenido protéico… pero si una prepara en casa todo, todo con ingredientes naturales, digo yo que tan malo, tan malo no será ¿o sí? En fin, insisto en dejar a un lado el debate, porque además comer hamburguesas de autor está de moda y lo mejor es aromatizarlas, es divertido buscar esa hamburguesa personalizada que sólo se prueba en casa… Nosotros, modestia aparte, tenemos estas dos que os cuento. A nosotros nos encantan…
Lo primero y lo más importante, es elegir la carne. Esas cosas que venden en bandejas en las grandes superficies, con todos sus conservantes la mayoría de las veces estropea el resultado. De verdad, hay cosas que pueden comprarse y mejoran el sabor final. La carne picada no es una de ellas. Para mi gusto, termina siendo un poco chicle insípido en el mejor de los casos, porque cuando tienen sabor… entonces estamos en el peor de los casos. Para gustos los colores, pero si queremos una hamburguesa de verdad que sepa a hamburguesa lo mejor es acercarse a la carnicería y pedir al carnicero que nos pique la pieza que nos gusta. Yo suelo pedir mitad de carne de cerdo y de ternera. La ternera es más sana y el cerdo es más jugoso, así que la combinación es perfecta.
Vamos a ello. La base de las dos hamburguesas es la misma:
Picamos cebollita muy, muy finita y la añadimos a la carne, junto a un huevo, sal, pimienta y perejil. Nada más de base. Se le puede echar pan rallado o pan remojado en leche para unir la mezcla pero para mi gusto sale más sabrosa la hamburguesa sin ellos y si amasamos bien, la carne va a quedar perfectamente unida. Anotad eso, lo de amasarlas bien que luego no se desmembre a la hora de cocinarlo y nos chafe todo.
Ahora os cuento por separado como aromatizamos la carne en cada caso:
HAMBURGUESA TEX MEX
A la base de carne de arriba, añadimos un buen chorreón de tabasco, un poquito de ketchup o salsa barbacoa, un poco de chile y especias para barbacoa. Amasamos bien y hacemos las hamburguesas.
HAMBURGUESA CON AIRE DE MARRUECOS
Esta hamburguesa lleva condimentos muy muy aromáticos así que a la carne no me gusta echarle especias fuertes. En esta ocasión me limité a añadir tomillo fresco que siempre potencia el sabor de la carne.
Lo dicho, hacemos la hamburguesa y a la parrilla. Hacerlas al carbón le da el toque definitivo pero si no, se hace a la plancha y también nos vale.
Y ahora falta el aderezo final, el toque de la casa. Sin menospreciar al ketchup, que es fantastico para una hamburguesa… nosotros sabemos hacer mejor las cosas, jeje.
TEX MEX.
Untar la carne con un fantástico guacamole natural y tenemos un resultado inmejorable. Lo sé, lo sé… os debo la receta. Muy pronto, queda prometido.
Añadimos cebollita fresca y tomate natural al gusto. Y lista.
LA HAMBURGUESA CON AIRES DE MARRUECOS.
Por una parte, ponemos en una sartén un par de lonchas picadas de bacon con dátiles picados. Sofreimos unos minutos y lo echamos sobre la carne ya asada.
Por otra parte, preparamos una salsa mezclando ketchup, una cucharada de miel de caña y una cucharadita de especias ras el hanout (es una mezcla de especias de Marruecos muy muy aromática, si no tenemos podemos intentar imitar el resultado mezclando curry, cúrcuma y pimienta). La servimos aparte para que cada uno eche lo que le apetezca (en casa acabamos siempre con el cuenquecito, que nos encanta).
Pues lo dicho, todo un homenaje… Que además, tengo que probar a hacer también el pan de burguer casero, que todo se andará.
¿Gustáis? ¿Lo acompañamos con una buena peli?
Me paso y lo veo… Es interesante compartir espacio con otros bloguers.
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