lunes, 28 de octubre de 2013

Pollo a la canela




Pero que "apañao" es un pollo para una familia. 

¿No lo habéis pensado nunca? Pues yo sí. Se puede hacer de mil formas, a cual más sabrosa, es económico, no es demasiado graso, combina con una multitud de ingredientes, gusta a los mayores y también a los peques y además, se puede dividir en muchas partes y cocinar cada una de ellas como mejor nos plazca.

Tanto es así, que en este blog de comida casera, con esta entrada, ya van cuatro las que he dedicado al pobre pollo que, normalmente, termina dentro de mi cazuela de una a tres veces por semana. ¿Tendría que haber llamado al blog mil maneras de cocinar un pollo? Pues casi, porque ya os digo que tengo muchas recetas más en el tintero. En casa gusta y como digo es fácil y rápido de cocinar.

Además, esta es la "semana fantástica" del pollo en casa porque fuimos a la plaza el sábado para surtir la despensa y no llevábamos muchas ideas establecidas sobre lo que íbamos a preparar durante la semana. Así que como la primera parada fue en la recova, allí se nos ocurrieron unos cuantos menús y eso es lo que tenemos planificado.

Por cierto, como no tenía muy clara la definición de recova, la he buscado en el diccionario y esto es lo que especifica Compra de huevos, gallinas y otras cosas semejantes, que se hace por los lugares para revenderlas. II Lugar público en que se venden las gallinas y demás aves domésticas. II Amér. del S. Mercado de comestibles. Pues eso, ya hoy he aprendido una cosa nueva.


A lo que vamos, una de las ideas ha sido este pollo a la canela. Me encanta cocinarlo por los olores con los que llena mi casa. Es muy, muy aromático y los sabores evocan un poco esa cocina andalusí. Yo creo que su origen debe estar en Granada por aquello de la mezcla árabe. Probadlo, es sencillo de hacer y ya os digo, se consigue un sabor muy delicado.







Los ingredientes que yo os recomiendo son:

  • Pollo. Yo he utilizado la mitad aproximadamente de un pollo que pedí que me cortaran en trozos para guiso.
  • Cebolla. Le eché la mitad de una cebolla fresca picadita.
  • 5 dientes de ajos con piel machacados previamiente.
  • Vino blanco, un chorro no muy grande.
  • Unas hebras de azafrán. 
  • Laurel.
  • Una rama de canela. (Para dar más sabor yo suelo incorporar también un poco de canela molida).
  • Caldo de pollo.
¿Todo preparado? Pues en marcha.



Picamos la cebolla muy fina y la pochamos unos minutos junto a las hebras de azafrán con un chorrito de aceite de oliva. Mientras limpiamos un poco el pollo. Sobre la piel del pollo hay de todo, a quién le gusta y quién la aborrece. Mi opinión personal es que para el asado va bien pues queda crujiente y está buena, pero en los guisos yo prefiero quitarla porque queda reblandecida y no es de mi gusto. Hay presas, como las alitas, a las que es difícil de eliminar y la mayoría de las veces la dejo, pero en el resto va fuera.



Cuando tenemos el pollo limpio, lo agregamos a la cazuela junto a los ajos y el laurel. Removemos unos minutos hasta que se dore de manera uniforme e incorporamos el vino. Dejamos que éste reduzca unos minutos.

Finalmente, incorporamos la canela y el caldo hasta que casi cubra el pollo y bajamos el fuego a la mitad. Tapamos el guiso con la tapadera y dejamos cocer, removiendo de vez en cuando, durante una media hora larguita. Antes de sacar del fuego, probamos como está de sal (si es que no habéis probado antes, que ya os digo que el aroma que desprende invita a ello) y rectificamos.



Pues... Voila! Bon appetit. 

A este guiso de pollo le acompañan perfectamente unas patatitas. En casa lo preparo de vez en cuando, pero siempre que pregunto si apetece todos me dicen que sí... por algo debe ser.





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