lunes, 14 de julio de 2014

Lubina en salsa de manzanilla y aceitunas negras


Esta receta, a mí que me encanta el pescado, es una de mis favoritas. Siempre que digo hoy toca pescado, la primera que se me viene a la cabeza es la de lubina con aceitunas y, sin embargo, he dudado mucho si publicarla o no. No es que me quiera llevar el secreto a la tumba, para nada, si tuviera secretos culinarios que guardar no escribiría un blog. Le contaría la receta a mis hijos cuando crecieran y ya nunca podríamos volver a estar juntos en la misma habitación o viajar en avión para que ésta no se perdiese. Jeje, se me va la pinza.

El motivo de dudar su publicación es la dificultad de conseguir que el plato quede bonito. El paladar no se va a quejar, eso lo garantizo, pero si sois de los que coméis con la vista mal vamos porque la lubina tiene una carne muy muy delicada y por poco que le damos la vuelta "se espachurra" y ya no hay marcha atras. En fin, que exagero un poco, pero que sí es verdad que esta es una receta facilona, facilona pero la manipulación del género debe hacerse con mucho cuidado para no chafar el resultado final.

Ya he dicho antes que me encanta el pescado, pero además me encanta guisado, con salsas de todo tipo. No es común, Hay quien dice que mata su sabor a mar. Y es verdad, en muchos casos, pero también es verdad que este sabor tan característico que tiene, combinado de forma conveniente con otros ingredientes consigue unos resultados espléndidos. Y como hay días para todo, pues a veces se pasará por la sartén con un poco de aceite simplemente y otras lo mimaremos un poquito para mimarnos también nosotros.

Vamos a prepararlo. Compramos las lubinas que el resto lo tenemos seguro en el frigorífico.


Lo primero que haremos es preparar las lubinas. Hay que descamarlas y lavarlas bien. Lo haremos nosotros o pediremos al pescadero que nos facilite el trabajo. Con las lubinas bien limpias, ponemos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra en una sartén o cazuela y echamos las lubinas marcándolas durante unos 10 minutos a fuego medio. A mitad de la coción le daremos la vuelta con mucho, mucho cuidado para no estropear la carne. Es conveniente asegurarnos que la cazuela no se pegue para no lamentar después.


Mientras las lubinas están al fuego solas, picamos la cebolla muy fina y la incorporaremos a la sartén añadiendo al tiempo unos dos o tres minutos más para que esta sofría. Si queremos la salsa más espesa, añadiremos una cucharadita de harina. No es imprescindible.


Incorporamos el vino, el perejil, las aceitunas y salpimentamos. Dejamos a fuego medio durante unos diez minutos. Si es necesario volver a dar la vuelta insisto en tener mucho cuidado para evitar romperlas.


 Después de estos 10 minutos de coción, las lubinas estarán listas para servir. Sabrosas y sanas y sobre todo fáciles. ¡Tenéis que probarlas!







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