Cualquiera lo diría... mi blog, que ya tiene una docena de entradas, hasta hoy no incluía ninguna receta de pasta. Yo que aprendí a cocinar en pisos de estudiantes donde la pasta a "lo que haya en el frigorífico" era uno de los platos más populares.
Cuando te vas a estudiar fuera, con apenas 18 añitos, el primer curso todo son comidas de lata/sobre o comida congelada que mamá va guardándote todos los días y tu recoges el fin de semana. Yo me cansé pronto. Ya he comentado que la comida congelada no me llama demasiado la atención así que me quedaban los precocinados y en pocos meses todo me sabía igual.
Era la hora de experimentar y la época en que Arguiñano empezaba a triunfar en televisión. Tenía recetas de verdad buenísimas y muy fáciles de preparar en aquellas cocinas. ¡Cuánto aprendí de él!
Y luego estaban los dos ingredientes básicos: el arroz y la pasta. Para aquellos pisos de estudiantes donde todos nos enfrentábamos las primeras veces al fuego de las cocinas, eran ingredientes ideales: baratos, sabrosos y muy fáciles de combinar con lo que hubiera (salchichas, tomate, especias, jamón de york...).
En fin, dejando la nostalgia al lado, esta receta de pasta con anchoas cayó en mis manos por aquella época, no recuerdo muy bien donde la encontré y porqué me animé a prepararla pero, desde entonces, y han caído unos cuantos chaparrones, es una habitual en mis almuerzos.
Aunque es muy sencilla, es una receta rara por los ingredientes que combina, por la forma de prepararlos y por el resultado final que da un sabor redondo a la pasta que recuerda, por supuesto, a las anchoas pero de una forma más suave, no contiene ese grado tan salado propio de ellas y aunque se usa ajo tampoco el resultado final es fuerte o picante... Yo la recomiendo aunque no nos gusten las anchoas porque, como ya digo, el plato final consigue un sabor equilibrado que queda muy bien con la pasta.
Los ingredientes son bastante usuales así que a lo mejor no tenéis ni que visitar el super.
- Espaguetis o tallarines.
- Dos latas de anchoas.
- Uno o dos dientes de ajo (depende de lo fuerte que queremos que esté, yo la mayoría de las veces echo sólo uno).
- Una yema de huevo. Esto es para dos personas, si queremos hacer más salsa podíamos, por ejemplo, echar otra yema.
- Perejil.
Pues manos a la obra.
Comenzamos poniendo a hervir agua con un poco de mantequilla y sal para cocer en ella los espaguetis o tallarines según las instrucciones del fabricante.
Picamos un poco el ajo y el perejil y lo echamos en el cuenco de majar. Lo majamos unos minutos hasta conseguir que el ajo esté bien machacado.
Abrimos entonces las latas de anchoa y cortamos en trocitos pequeños las mismas y las incorporamos en el cuenco, junto al ajo y el perejil majados. Es importante no tirar el aceite puesto que lo vamos a usar en el siguiente paso.
Majamos bien la mezcla hasta conseguir que las anchoas tengan una apariencia pastosa y entonces vertemos en ella el aceite que ha quedado en las latas. Seguimos majando.
Finalmente, cuando tengamos algo parecido a una crema, le añadimos la o las yemas de huevo y mezclamos hasta obtener una crema del color marrón de las anchoas que echaremos a la pasta mezclándola bien.
A simple vista, parece que la salsa queda corta para dos platos pero el sabor se extiende por toda la pasta y esta lo absorbe.
Como digo, no es la típica receta que nos solemos asociar con la pasta, pero os recomiendo que la probéis porque de verdad que el resultado final convence.
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